Ausencia

Después de verte minuto a minuto,

sentirte día a día,

de pronto no estás

y tu recuerdo habita toda la casa

y me reflejo en tu ausencia.

Inseguridad

Quiero meterme
piel adentro
donde me sientes
para saberme amado.

El ventarrón del amor

Como un viento

un fuerte viento

que arranca los árboles

los árboles de la seguridad

la seguridad personal

es el amor que a veces

muchas veces

me deja a la deriva

a la deriva...

 

Sed de ti

Ante el deseo que despierta
de pronto
voy a ti como una fuente.
Abro tus piernas y te bebo.
Cierro los ojos y tus aguas
me convierten en pez y ángel.

En la cima

En la cima de la montaña
montado encima tuyo
con el viento y
gotitas de agua a la espalda
fuimos aullido vegetal.

Más acá

Después de llevar al deseo 
a la expresión del sentimiento
queda la ternura de verte
más allá de todo concepto
más acá de toda teoría
justo en el latido original.

Asombro cotidiano

Como no trabajo
no estoy agotado para el deseo.
Llego a ti ocioso
y con ganas
de revivir el asombro cotidiano
y recordarte cada día.

Tú y tus cuerpos

No se agotan 
tantas caricias y el tacto.
Toda tú de cuerpo entero
ronda mis espacios: tú.
Tú y tus cuerpos en mi tacto,
todos tus cuerpos, todos,
dosificados y no se agotan.

Y te quiero

Como se quiere
algo bueno para uno
con mis cambios de ánimo
mi abismo
y deseo en estado salvaje.

El brío

Al principio el brío lo era todo.
Luego, la distancia nos saludó
para poder aceptar la convivencia.
Entonces, el brío se alejó, 
por unos días, 
y nos quedemos 
con la distancia y la convivencia.
Pero luego, el brío, igual de silvestre,
vuelve, sin saludar y nos posee
para que recordemos 
el temblor, la locura y el vértigo 
                              de estar vivos.

Sus pechos

Ella tenía unos pechos 
como para chuparse los dedos.
Y puso una de mis manos
                    en sus pezones.
Luego se fue.
Ese día dejé de jugar con muñecos
porque ella se llevó mi inocencia
entre sus pechos.

Ella prepara el sueño

En la parrilla del fogón
pone el cansancio físico 
            con mantequilla
y los pensamientos molestos
             con pasta de tomate.
Pasa con agua.
Luego se dirige a la cama.
El sueño la espera en un colchón 
                                      de flores.

Mi Sol

Mi Sol,
Mi LaDo,
Mi Sí.
Sí:
Mi Sol Mi Sí,
Mi LaDo Sol.

Más allá del te amo

Cómo explicarte
que cuando te digo:
"te amo"
también te digo:
"me alejo".

En cotidiano

Al inicio el tiempo 
era estar abrazados
y el reloj era una molestia.
Después del vértigo del deseo
el bienestar es posible
con los abrazos controlados
y el reloj visible.