Al inicio el tiempo
era estar abrazados
y el reloj era una molestia.
Después del vértigo del deseo
el bienestar es posible
con los abrazos controlados
y el reloj visible.
era estar abrazados
y el reloj era una molestia.
Después del vértigo del deseo
el bienestar es posible
con los abrazos controlados
y el reloj visible.
Tus textos tienen algo que me enganchan, te sigo.
ResponderEliminarTe espero por mi rincón.
Un saludo.
https://marca-indeleble.blogspot.com/
Ese vértigo que se vuelve abismo en el deseo.
ResponderEliminarUn beso, y qué bueno volver a leerte, amigo mío.